Los años pueden pasar en un abrir y cerrar de ojos o ser toda una eternidad. Desde hace 40 años The Cure es una banda icónica y reconocida mundialmente por su calidad musical, que logró posicionarse en un nivel semejante a otras bandas como The Beatles, Rolling Stones o Queen, luego de recorrer un largo camino entre penumbras de la cultura pop.
El movimiento post-punk gótico de finales de los años 70, originó la banda de Tres chicos imaginarios como integrantes creativos, una de las más representativas de esta corriente. Los fans de The Cure se mostraron eufóricos por la anunciada visita de Robert Smith y el evento tuvo SOLD OUT tan solo dos días después de que los boletos salieran a la venta.
El grupo festejó sus cuarenta años de carrera con audiencia mexicana y nos enseñó que no se necesita una gran producción, con luces laser, o increíbles efectos especiales en el escenario, para hacer vibrar de emoción a los asistentes que acudieron con la euforia de celebrar junto a su banda favorita un recorrido por sus mejores canciones. El único día de concierto en el cielo se pintaban algunas nubes oscuras y el frío se hacía cada vez más intenso, calando en los huesos de la gente, quienes para distraerse de la espera bailaron al ritmo de Rey Pila o Violet Vendetat. Mientras que las dos primeras bandas que abrieron el telón se esforzaron por mantener los ánimos en alto.
La última presentación de The Cure en el país fue seis años antes de esta, por lo tanto el ambiente era muy emotivo, un sentimiento que aumentó tras los primeros acorde de Pictures Of You, melodía nostálgica y mágica que abrió paso a la serie de canciones inolvidables en la discografía de la banda.
La banda se presentó con Roger O`Donell quien apareció en el escenario y tomó posición en el teclado, luego Simón Gallup con el bajo, Jason Cooper en el fondo junto a Reves Gabrel, y al ritmo de Plainsong le abrieron paso a Robert Smith, quién fue recibido por gritos y chiflidos de todos los presentes, emocionados por escuchar las primeras notas de esa canción tan poderosa.
Durante todo el concierto la gente bailó y cantó todos los temas más famosos como Lovesong ó Just Like Heaven así como algunas otras más oscuras como Bum, la primera canción que salió como B side, ó 39, incluida en uno de los discos no tan celebrados por los fans de la banda; siguieron temas como Never enough, A forest, Prayers for rain y Disintegration, como parte del primer set. The Cure quién recientemente fue invitado a formar parte del salón de la fama del rock and roll, se lanzó con un segundo set de canciones inspiradas para volarnos la cabeza desde las primeras notas de Lullaby, donde los integrantes dejaron entrever su calidad musical, seguida por The Caterpillar, una canción más alegre y Hot hot hot! para que nadie dejará de bailar.
El anuncio del regreso de la banda a México el siguiente año fue dado por Robert Smith quién ataviado detrás de maquillaje y labial rojo, de sonrisa enorme, adelantó la salida de dos nuevos álbumes luego de ofrecer un concierto de treinta y seis temas con una duración de casi tres horas, que estuvo cerca de romper el récord de su show más largo.
The Cure nos regaló uno de los mejores conciertos del año gracias una amplísima selección de canciones y la demostración de que si bien el tiempo hace estragos físicamente, el alma y las ganas de tocar frente a su público, del verdadero artista, siempre se mantendrán jóvenes.
Héctor Aparicio, es Diseñador Gráfico egresado de la Universidad Tecnológica de México. Actualmente Motion Grapher y diseñador Multimedia. Gamer de hueso colorado; músico y amante de los gatos. Síguelo en su cuenta twitter e instagram.