Las repercusiones que ha tenido la pandemia a nivel global ha afectado en distintos niveles, en la entrega anterior, hablamos acerca del gran golpe que dio a las líneas de producción del mercado de la moda y el impacto que tuvo en sus trabajadores. En esta entrega pondré ejemplos de cómo afectó en la parte más glamourosa del mercado: Las pasarelas.
La semana de la moda comenzó en NY, en donde las medidas de prevención fueron pocas: Control de temperatura, mascarillas y un aforo reducido, por lo que se decidió acortar el tiempo de duración de la semana de la moda de siete u ocho días a tan solo tres. Diseñadores como Marc Jacobs o Michael Kors optaron por no participar. Mientras que del otro lado del mundo, en la semana de la moda de Milán, Jeremy Scott, director creativo de Moschino, propuso un desfile en donde las modelos eran marionetas creadas con ayuda de “Henson’s Creature Shop”, empresa fundada por Jim Henson, el creador de Los Muppets. Mientras que la casa Versace propuso hacer un desfile en donde la audiencia eran sus propios trabajadores, una nueva forma de darle crédito a sus colaboradores.
En París, Balmain optó por tener un público virtual, en donde se colocaron estratégicamente pantallas con grabaciones de íconos de la moda como Anna Wintour. El desfile de Chanel, uno de los más esperados y concurridos, tuvo como única invitada a Kristen Stewart, embajadora de la marca. Mientras que Dior propuso que su colección de alta costura se exhibiera en miniatura, complementándolo con un fashion film que parece sacado de un cuento de hadas. Por su parte Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, optó por hacer un video musical en donde lxs modelxs caminan por París de noche usando lentes oscuros, alegóricamente representando lo absurdo de la moda, que va de noche sin saber a dónde ir.
Otros diseñadores optaron por pasar definitivamente hacia lo digital: Anifa Mvuemba ya había estado usando renders 3D para visualizar cómo los detalles de sus prendas -las costuras con cordones y los dobladillos de los péplum- se abrazarían y se moverían con el cuerpo. Al descubrir que su debut en la semana de la moda de Nueva York se toparía con una pandemia mundial, decidió que toda su pasarela sería en renders, con modelos invisibles transmitido a través de su cuenta IG.
Siempre es importante tener en cuenta la huella ambiental que deja el consumo de moda, un informe reciente reveló que solo los compradores y diseñadores de moda contribuyeron con 241.000 toneladas de emisiones de CO2 al año, asistiendo a las semanas de la moda en Nueva York, Londres, París y Milán, lo que es “suficiente energía para iluminar la Torre Eiffel durante 3.060 años «.
Una propuesta en una carta abierta redactada por Dries Van Noten pide: “Un cambio en las entregas de ropa en las tiendas, para motivar las ventas a precio completo y frenar los descuentos que pueden ser perjudiciales para los diseñadores y minoristas, así como un ajuste de las temporadas actuales de otoño/invierno y primavera/verano. Por lo que la ropa ahora estará disponible para su compra durante la temporada para la que está hecha. Esto significaría que la ropa de otoño/invierno estaría disponible a partir de enero, en lugar de agosto, y la ropa de primavera/verano estaría disponible a partir de julio en lugar de febrero.” Los firmantes incluyen a Joseph Altuzarra, Sarah Coonen de Liberty London, Linda Fargo de Bergdorf Goodman en Nueva York, Andrew Keith de Lane Crawford y Joyce en Hong Kong y China.
Está claro que esta nueva forma de ver la moda no será a nivel general, ya que muchas marcas decidieron continuar con sus pasarelas y con el ritmo de producción al que ya nos tenían acostumbrados. De cierta forma el alcance que puede tener una pasarela virtual es mayor al que tienen los desfiles a puerta cerrada, la moda se está acercando más a los consumidores y nos hace sentir menos agobiados en estos tiempos de crisis.
Mariana Ruiz: Traductora Freelance. Investigadora de tiempo completo, adicta a bajar PDF´s. Programé el @bot_floral. Me gusta comer fruta mientras leo.